¡Cataaacho! Chin

Guillermo Furlong Franco


Continuamente vemos una palabra similar gritada a brocha gorda en la pared de la calle o leemos alguna susurrada al oído de la soledad en algún rincón de Internet, en la penumbra del amor. Cuántos queremos escribir un documento, y conocemos todas las reglas gramaticales por saber  y, sin embargo, no tenemos nada que decir.

Cuando se escribe se hacen varias cosas a la vez: se hilan palabras en un acto libre y creativo, se cuidan aspectos ortográficos y estilísticos, y se transcriben en el papel o en el documento de la  pc. Todos abrevamos de la fuente que es la vida: la sabiduría popular, artística y académica, pero no todos asumimos la responsabilidad de lo que hacemos ni tomamos conciencia.

A todos aquellos glotones  que se comen muchas letras en sus escritos, como yo:

Quiero decirles que la virginal gramática, está siendo cada día más mancillada por los actuales medios de comunicación, como  Internet y el teléfono celular. Quienes quieran seguir con su pulcritud, tendrán que optar por la incomunicación y no por lo contrario. En tal caso, yo estoy de acuerdo en k se simplifique, como lo sugirió Gabriel  García Márquez en su polémico discurso ante el 1er. Congreso Internacional de la Lengua Española, en el cual aclaró, en su entrevista concedida a Joaquín Estefanía:

“Si a mí me hiciesen un examen de gramática, lo reprobaría en toda línea».

      «Además, mi ortografía me la corrigen los correctores de pruebas.

Si fuera un hombre de mala fe, diría que ésta es una demostración más de que la gramática no sirve para nada. Sin embargo, la justicia es otra: si cometo pocos errores gramaticales es porque he aprendido a escribir leyendo al derecho y al revés a los autores que inventaron la literatura española y a los que siguen inventándola porque aprendieron con aquellos. No hay otra manera de aprender a escribir».

 «Por eso dije y repito que debería jubilarse la ortografía. Me refiero, por supuesto, a la ortografía vigente, como una consecuencia inmediata de la humanización general de la gramática. No dije que se elimine la letra hache, sino las haches rupestres. Es decir, las que nos vienen de la edad de piedra. No muchas otras, que todavía tienen algún sentido, o alguna función importante, como en la conformación del sonido che, que por fortuna desapareció como letra independiente».


Lo funcional no contradice a lo tradicional. Y la experiencia lo muestra en las grandes obras literarias, que dieron origen a muchas palabras nuevas, en la ciencia y en la literatura universal. Un ejemplo es la obra de  Freud, Cervantes y muchos otros grandes autores de la literatura universal. Es similar el problema con ciudades que quieren conservar una imagen contradiciendo a la modernidad vial. No quiero decir que por eso  desdibujen su imagen particular.

Hay vocablos  que, a semejanza de las gotas, desparraman  el vaso o, como en otros casos, con el transcurrir del tiempo, han perforado cráneos de eruditos de la lengua, muchas de ellas fueron comunes entres los adolescentes desde los años 60´s y hasta la fecha perduran. A manera de ejemplo citaré los verbos apantallar y cantinflear. La última, ya ha sido  aceptada por la Real Academia de la Lengua.

Anglicismos como Is barniz, ok, yes, break, y otros tantos que han sido llevados a la literatura por algunos autores como José Agustín  en la voz de sus personajes de novelas.

Parece que siempre hay alguien que se adelanta o descarrila aunque seamos  muchos los corderitos que seguimos  al rebaño. Cada hombre  es lo que hacen o hicieron de él,  lo mismo sucede  con el lenguaje.

Creemos dominar una lengua y esa lengua nos domina, pero alguna vez vamos a tener que decir una nueva palabra. Una palabra que sea nuestra. Y ese va a ser nuestra libertad. El lenguaje nos condiciona, el entorno sociopolítico nos condiciona, el inconsciente  nos condiciona. Pero alguna vez vamos a tener que ser responsables de nosotros mismos. 

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • Twitter
  • RSS

0 Response to "¡Cataaacho! Chin"