Editorial
A vuelo de pájaro por una buena cantidad de años de historietas en México, ha sido difícil elegir lo que podría mostrarse en nuestro reducido espacio de doce páginas sin dejar fuera a los creativos hidalguenses, sin embargo, lo mas relevante parece haber saltado a la vista por su extraordinariedad abarcando aleatoriamente, distintas épocas en la creación de monos, presentando, dentro de un sintetizado contexto histórico, tres momentos de las historietas: primero, la producción gráfica de J. Ybarra, un dibujante de la Compañía de Real del Monte y Pachuca, de los años veinte; luego, una historia pachuqueña que Alejandro Rodríguez, oriundo de San Luis Potosí y dibujante del Libro Vaquero en los 80´s, deja abierta a la posibilidad de que el lector la concrete; y, cerrando con León Fernando Navarro, creador de AntiMateria, con una de las pocas producciones pachuqueñas actuales. Todo esto acompañado de la visión personal de algunos de nuestros colaboradores sobre este tema.
Para no quedar con la sensación de angustia de que la producción de monos en este país y en este estado desapareció, y su consumo ha sido desplazado por la televisión, los videojuegos, el internet y otras chucherías, le dejo a Ud, amable lector, el siguiente dato, que puede llevarlo a un ensoñador viaje por la nostalgia:
La Hemeroteca Nacional de México resguarda las colecciones de Pepín y Chamaco en un catálogo que incorpora información de 442 series de historieta mexicana publicadas en estas revistas entre el 25 de agosto de 1936 y el 10 de noviembre de 1957. En estas revistas parece establecerse el perfil de la historieta popular mexicana y fijarse sus singulares características gráficas y narrativas.
En las páginas de Pepín y Chamaco nacen los clásicos del género: en Pepín aparecen por primera vez: Los superlocos y La familia Burrón de Gabriel Vargas (nacido en Tulancingo); Memín Pingüín de Yolanda Vargas Dulché (dibujado por Sixto Valencia Burgos originario de Villa de Tezontepec), y casi toda la obra de esta autora y Antonio Gutiérrez que se reeditó posteriormente con el título de Lágrimas, risas y amor. También nacieron en la revista del coronel García Valseca: Cumbres de ensueño de Guillermo Marín y Adelita y las guerrillas de José G. Cruz, así como buena parte de la obra melodramática de este historietista, como Percal, Dancing y Malevaje.
En Chamaco se dieron a conocer Los supersabios de Germán Butze; Tirando a gol (luego El pirata negro), Pies planos y Wama de Joaquín Cervantes Bassoco; Rolando el rabioso de Gaspar Bolaños; Padrinos y vampiresas de Bismark Mier; A batacazo limpio y El pequeño Ricardín de Rafael Araiza.
Eddy Salgado
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