No es posible imaginar la vida sin el sonido del viento
Viento, movimiento caprichoso que agita todo a su antojo, asociado al caracol, porque al soplar en él se recrea su sonido, se crea música; voz ritual o canto florido de los dioses.
Ehécatl, para algunas culturas mesoamericanas, era el dios del viento, una de las manifestaciones de Quetzalcóatl y uno de los dioses principales en la creación del mundo. Según la mitología azteca su aliento inicia el movimiento del sol y hace a un lado la lluvia, es el viento que trae vida a lo inerte. De acuerdo con este mito luego de la creación del quinto sol, este estaba fijo en un punto en el cielo, al igual que la luna, hasta que Ehécatl sopló sobre ellos.
Además de este, existen varios mitos mexicas en torno a la música y al viento. En la leyenda de los soles se relata el origen de la trompeta de caracol. Al principio de la quinta era, Quetzalcóatl viajó al inframundo para buscar al señor de los muertos Mictlantecutli. Tenia que conseguir huesos de seres pasados para crear al hombre, para ello, Quetzalcóatl debía tocar cuatro veces la trompeta de caracol dirigiéndose a los cuatro puntos cardinales. Con su magia y poder, Quetzalcóatl la creó y Mictlantecutli tuvo que permitirle la salida. Así, la creación del hombre fue anunciada en el inframundo con el viento de la trompeta de caracol.
Viento que se hace música. Su sonido inspiración para la creación de instrumentos, de cantos, de sonidos artificiales que logran recrearlo. Se construyeron entonces una gran variedad de instrumentos de viento como el Tlapizalli (flautas de barro), Atecocolli (caracol marino usado como trompeta), Toxacatl (vara delgada que se aspira), Hom (aerófono largo hecho de guaje o de madera), Incus (aerófono largo hecho de quite o de maguey).
El viento y la música, con sus orígenes mitológicos, sonidos naturales y simulados asociados a lo sagrado, representan la voz de los dioses reconstruida. Porque no es posible imaginar una vida sin viento, una ciudad sin viento, la música sin viento… nunca se puede estar en absoluto silencio, él está en todas partes, agitando, removiendo, acariciando, soltando silbidos.
0 Response to "No es posible imaginar la vida sin el sonido del viento"
Publicar un comentario