Música buena, música mala

Lineamientos para distinguirlas

Hace años había en la ciudad de México una estación de radio con programación de música de concierto que se anunciaba como la estación de la buena música en México. Yo me preguntaba ¿qué las otras estaciones no difunden buena música? ¿Solo la música clásica es la buena? Claro que no, pero siempre me hacía pensar en que es bueno y es malo. Ciertamente no es privativo de un solo género pues hay buena y mala música en todos los tipos: clásico, popular, folklore, jazz, contemporánea, etc.

Sería muy aventurado atreverme a decir que hay un criterio seguro para afirmar qué es bueno y malo, pero sí existen algunos parámetros que nos pueden ayudar en esta dirección. Existen muchos factores a tomar en cuenta, y son de índole cultural, estético, perceptivo, psicológico, social, etc. por nombrar unos cuantos, pero de toda esta pléyade me limitaré a solo dos aspectos:

El primero es la intencionalidad, es decir, las razones o sentimientos que impulsan a un compositor para crear una obra (de cualquier género) y expresarse. Tan sólo este aspecto es todo un mundo, pero por razones prácticas uno debe preguntarse si lo que escuchamos tiene una meta utilitaria o comercial (mas específicamente mercantilista) de tal manera que el principal y a menudo único objetivo es el de crear una música con fines de gustar y cubrir necesidades de tipo económico y de moda; o existe (como la otra cara de la moneda) de parte del compositor una motivación genuina y auténtica (aunque por razones ajenas puede ser comercial), donde se puede percibir una causa mas profunda y el objetivo es meramente el de manifestarse.

El segundo aspecto es la buena factura de la obra, es decir, que esté bien hecha, que reúna todos los requisitos técnicos que se plantea la obra con su lenguaje y reglas afines (melodía, ritmo, armonía, forma, etc.), aspecto que como público vamos desarrollando de alguna manera a través de la experiencia de escuchar.

Ahora que si percibimos una intencionalidad genuina, esto no garantiza una buena factura e inversamente, una buena factura no conlleva a una buena intención, pero satisfaciendo estos dos requisitos podemos decir que estamos más cercanos a un criterio de calidad.

Aún así se debe recordar que hay más referentes, entre otros la interpretación subjetiva que hacemos de una manifestación artística. La música es un arte y como tal se sujeta a interpretaciones subjetivas. La música es quizá las mas intangible de las artes pues juega con el espacio y el sonido, conceptos de por sí algo extraños aunque convivamos con ellos diariamente.

Aquí se abordó sólo el aspecto creativo, pero no hay que olvidar que una correcta ejecución de la obra nos puede ayudar a percibir mejor la intención del autor, no siendo así el caso de una mala interpretación. También hay música que no entendemos, pero nos puede gustar o viceversa. De cualquier forma, como público no estamos obligados a entender o que nos guste lo que escuchamos, pero si podemos, tomando en cuenta la intencionalidad y la buena factura, normarnos un criterio para saber si es o no buena música.

Gerardo Tamez

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