La muerte en la Antigua Roma


Martín Gómez-Ullate García de León

La relación del mexicano con sus muertos parece ser el producto sincrético y original de la cosmovisión mexica y la católica. Eso dicen del Xantolo. No obstante, muchas veces, nos sorprende, cuando miramos más allá de nuestras fronteras espaciales y temporales, que hasta lo más característico del “nosotros” también lo tiene el Otro. Y si no, veamos algunos aspectos de la relación del hombre y la muerte en la antigüedad clásica.

En las inscripciones funerarias romanas había unas fórmulas institucionales que, muchas veces sólo por sus iniciales, se repiten en una tumba tras otra: “Dis Manibus Sacrum” ("Consagrado a los Dioses Manes"), H.S.E., -Hic Situs Est- ("aquí está enterrado"), y S.T.T.L., -Sit Tibi Terra Levis- ("que la tierra te sea leve"). Estas eran las típicas, se repiten en cientos de epitafios que pueden ser consultados en una completísima base de datos llamada Hispania Epigráfica (
http://www.ubi-erat-lupa.austrogate.at/hispep/public) de donde saco los siguientes ejemplos. En alguna excepción se escribe una fría fórmula legalista H.M.H.N.S. (“Hoc monumentum heredem non sequetur”, que significa “Este monumento no pasa a los herederos”).

Otras veces se salían de las fórmulas pero seguían siendo escuetos: “ave et vale” (Salud y adiós). Muy pocas veces se permitían licencias poéticas como la que sigue:

“Aquí tan solo quedan la sombra y la ceniza De una esposa adorada. Lo restante,entrególo á los vientos Devoradora pira. Mientras, ya largo, dure El curso de mi vida, He de guardar amor y dar amparo A la prole, que suya Ha sido, y es la mía. ...... aquí está. Vivió 60 años. Séate la tierra ligera.”

O la excepción proveniente de la percepción aguda del dolor y la injusticia:

“Si hubiese agradado a los hados correr en un orden justo, éste no hubiera muerto a los veinte años, sino que más bien, antes que él, su padre y su madre estarían sepultados aquí. Sus desdichados padres se construyeron este sepulcro. Ahora él será el dueño del sepulcro y ofrece hospitalidad a sus desgraciados padres. A su piadosísimo hijo Lucio Avinio Avito construyeron este sepulcro su padre Lucio Avinio Trofimo y su madre Luceia Urbana.”

Pero estas últimas inscripciones tocadas de cierta ironía, nos muestran más parcelas de la cosmovisión de la Antigua Roma y su concepción de la muerte. En unas lápidas colocadas al lado de una vía se pueden leer inscripciones como éstas:

"Veo y contemplo a todo el que va y viene de la ciudad" o "Lolio ha sido colocado al borde del camino para que todos los transeúntes puedan decirle 'Buenos días, Lolio'”
[1]. (http://www.culturaclasica.com/cultura/creencias.htm).

En realidad el mosaico de las culturas tiene una paleta variada, una gama de posibilidades compleja, pero limitada. En todas partes se las tienen que ver los humanos con los mismos problemas: el nacimiento, el crecimiento, la sexualidad, la percepción y el trato con el Otro, la convivencia en el grupo, la muerte y lo que hay detrás de ella.
En una exposición sobre la cultura gallega, un conocido antropólogo, propuso presentar fotos de hórreos –la típica casa tradicional de Galicia y del norte de Portugal elevada del suelo por cuatro pilares- de otras partes del mundo donde abundan las mismas construcciones. Todo el que pasaba veía un típico paisaje del interior de Galicia, su sorpresa era mayúscula cuando se percataban de que la fotografía estaba tomada en China.

Como el hórreo chino, la muerte en la Antigua Roma nos sorprende por familiar. Pues busquen y verán como en el devenir de las épocas y las culturas encuentran parecidos aún más grandes con nuestra muerte, tan mexicana, tan universal.

[1]. “El culto a los muertos. Las creencias romanas en una vida después de la muerte” [En línea] http://www.culturaclasica.com/cultura/creencias.htm. (Última consulta: 23/10/2008).

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • Twitter
  • RSS

0 Response to "La muerte en la Antigua Roma"